Fue un 27 de febrero, pero en 2004: Hernán Casciari se sentó delante de una computadora y puso la piedra basal de Orsai. Ese viernes escribió «El viejo folletín y las nuevas tecnologías» sin saber que, veinte años más tarde, Orsai se habría convertido en una comunidad inmensa que produce libros, revistas, películas, obras de teatro, series animadas, documentales y la lista sigue.
Desde entonces, Orsai empezó a tener una suerte de vida propia y a crecer muchísimo. Hicimos decenas de libros y fundamos la mejor revista de literatura en castellano, financiada íntegramente por sus lectores.
Por la Revista Orsai pasaron un centenar de autores e ilustradores, desde Amélie Nothomb hasta Nick Hornby; de Horacio Altuna a Jorge González. Fue en las páginas de nuestra revista, también, que publicamos entrevistas a Stephen Hawking, el Indio Solari o Pepe Mujica. Y donde nos dimos infinidad de lujos, como mandar a Ale Seselovsky a Madrid para que lo deportasen a Buenos Aires, o al medio de la guerra de Ucrania para armar un perfil imprescindible de Zelenski. O poner a Luis Alberto Spinetta a hacer collages digitales, publicar un cuento que hiciera emocionar a Leo Messi después de haber salido campeón del mundo o revivir una entrevista inédita a Jorge Luis Borges y restaurarla para que lo conozcan de entrecasa.
En el medio pasó de todo: abrimos un bar en San Telmo, una tienda en Palermo, hicimos encuentros entre lectores mientras Casciari iba y venía desde Barcelona a Buenos Aires después de haber renunciado a las editoriales y los medios tradicionales en los que escribía periódicamente. Y en paralelo empezó a leer tímidamente en voz alta algunas de las cosas que escribía. Fue en medio de una gira para contar sus cuentos en que casi se nos muere de un infarto en Uruguay.
Más tarde hicimos una revista digital con cuentos leídos por actores y actrices del carajo y cuando quisimos dar un paso más, Casciari volvió a desafiar a la Comunidad: «¿Y si hacemos cine ahora?». E hicimos.
Convocamos a la comunidad para juntar el dinero e hicimos «La uruguaya» una película soñada, multipremiada y sin intermediarios. Grabamos la miniserie «Canelones» con un elenco de primer nivel y un documental íntimo y escalofriante. Más tarde, financiamos la ópera prima de Diego Peretti como director, escribimos guiones en vivo y reunimos el dinero para contar la vida de Dibu Martínez en una película animada de la mano de Casciari y Liniers.
Hoy cumplimos 20 años, convencidos de que un blog puede convertirse en absolutamente cualquier cosa. Y si no, van a ver todo lo que está por venir.