Me fui del teatro porque se vivían horas dramáticas.

—¡Justicia para todos! —No alcanza, señor.

Fui a comprar el libro «corro todos los días», pero estaba agotado.

Habría que hacer cacerolazos contra la contaminación sonora.

Un pecado demasiado cometido, ya es tradición.

En nombre de la paz se trata más de lo que se acuerda.

Bajé una película xxx y al final era una de romanos enseñando a contar hasta 30.

Cuando un nieto moderno está por nacer su abuela le teje una red social.

Defenderé mi derecho al vino a cata y espada.

Gritar es la publicidad de hablar.