Nada más grato para una Comunidad que ser reconocida por dedicarse a hacer cosas que la divierten. Y si el reconocimiento viene de creadores de contenidos de cualquier otro lugar del planeta, y son tan originales y disruptivos como nosotros, mejor todavía. Así fue como llegamos a Smoke Hunters, un podcast en video con producción argentino-española que aborda la creación de contenido y los dilemas tecnológicos actuales desde un montón de perspectivas.
Para no quedar mal, lo mandamos a Walter Gammarota, uno que sabe de estas cosas, pues es director tecnológico de Comunidad Orsai, y una de nuestras piezas fundamentales. Walter se prestó a una charla súper constructiva y dinámica con Adrián Garelik, CEO de Flixxo, y Elbio Nielsen, CEO del grupo Media Attack, para divagar sobre lo potentes que son las comunidades y cómo los tiempos que corren mandaron al carajo a los intermediarios entre los creadores y su público. Algo que en Orsai pregonamos hace rato.
El modelo Orsai Audiovisuales, o por qué todos piensan que nos volvimos locos
Uno de los temas que más les llamó la atención a Adrián y a Elbio fue cómo surgió Orsai Audiovisuales. Ahí Walter les contó la experiencia de «La uruguaya», nuestra exitosa primera película, y cómo la construcción de una comunidad que se siente identificada con lo que hacemos y se involucra nos ayudó a convertirnos en una productora de contenidos audiovisuales que, antes que ganar dinero, busca divertirse y aprender.
Con ese caso de éxito, demostramos que se puede seguir creciendo. Mientras que para «La uruguaya» juntamos poco menos de 2000 socios productores, para la miniserie «Canelones» los multiplicamos (fueron más del doble: cinco mil en total) y con el «Peretti project» superamos la barrera de los diez mil. Ahí la charla llegó a un punto fundamental que es casi un mantra para Orsai: la importancia de generar proyectos para pasarla bien, muchísimo antes de pensar en ganar algo de dinero.
La inteligencia artificial, el cuco que nos va a dejar sin laburo a todos
Como no podía ser de otra manera, el podcast tiene un buen pasaje en el que nos cagamos un poco en las patas: ¿la inteligencia artificial nos va a dejar a todos en la calle? A lo mejor, pero representa otros peligros, como bien plantea Walter: lo difícil que será distinguir ficción y realidad, y la facilidad con que este juguete nuevo suplanta personalidades, voces, hasta interpretaciones audiovisuales o musicales. Y de cómo los factores de autenticación se volverán claves para darnos cuenta cuál es la verdad de la milanesa en el futuro de los contenidos.